Según los investigadores del presente estudio, los primeros humanos entraron en Europa procedentes de la Media Luna Fértil (Oriente Medio), cruzando las montañas del Cáucaso hacia Escandinavia (hace 48.300 años), bordeando el Mar Negro y entrando en Europa occidental por el norte de los Alpes, y otras rutas procedentes del Mediterráneo y las costas dálmatas (hace 44.000 años).
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Una ruta procedente del Mar Caspio, entre Europa y Asia, fue muy importante para las migraciones humanas, ya que llevó al Homo sapiens a Japón (hace 44.200 años) y Beringia (hace 34.700 años), la ruta que conectaba Eurasia con América del Norte. Esta ruta también permitió al Homo sapiens llegar a Mongolia (hace 47.100 años) y al Himalaya (hace 45.800 años).
Presencia humana temprana en América
El estudio sugiere que la entrada a América del Norte se produjo hace 34.700 años a través de Beringia. Como la mayor parte de América del Norte estaba cubierta por las capas de hielo Laurentide y Cordillera, los humanos comenzaron a expandirse hace 16.200 años a través de la costa del noroeste del Pacífico, llegando a América del Sur hace aproximadamente 14.800 años.
Allí, el Homo sapiens siguió dos rutas diferentes, una de ellas en el sentido de las agujas del reloj desde el este de Brasil (hace 13.072 años) bajando hasta el sureste de Argentina, y otra ruta en sentido contrario a las agujas del reloj cruzando los Andes hasta la costa de Perú, siguiendo la costa hacia abajo hasta Chile y llegando a la Patagonia hace 14.400 años.
Saber cuándo llegó el Homo sapiens a cada punto proporciona a los investigadores información importante. Por ejemplo, los humanos se adaptaron rápidamente para establecerse en elevaciones altas poco después de llegar a Sudamérica.
Para expandirse por Norteamérica, los humanos tuvieron que esperar 3.000 años para que las temperaturas y las precipitaciones fueran más altas y permitieran la formación de un corredor libre de hielo a través del río Mackenzie. Esa información sugiere que los antepasados de los primeros nativos americanos estaban aislados localmente por el hielo.
¿Cómo lo estudiaron los investigadores?
El equipo de investigación quería saber las rutas que los primeros humanos tenían más probabilidades de seguir para expandirse dentro de Europa, Asia y América, y por qué eligieron esas rutas. Para ello, diseñaron un modelo estadístico que utilizó datos arqueológicos y genéticos.
Contaban con mapas con información sobre dónde y cuándo habían estado viviendo ciertos grupos humanos gracias a registros paleontológicos y arqueológicos. Además, recopilaron información del ADN de las mitocondrias de los humanos actuales, en concreto, de 27.506 individuos de diferentes lugares.
Con todo eso,
A partir de los datos, los mapas con información arqueológica y el ADN mitocondrial, crearon un algoritmo para elaborar nuevos mapas con las rutas que era más probable que siguiera el Homo sapiens entre Europa, Asia y América.
Después, para comparar las rutas más probables y las menos probables, analizaron los cambios en la temperatura, los cambios en las precipitaciones, el tipo de vegetación, la agrestez del paisaje o lo accesibles que eran las rutas, la distancia a la costa más cercana y la distancia al río más cercano.
Las rutas y los tiempos calculados por el algoritmo y el modelo estadístico representan cómo se expandieron los cazadores-recolectores, a diferencia de los agricultores que son más sedentarios y por lo tanto tuvieron tasas de expansión más bajas.
¿Por qué es importante?
Hoy en día, todavía no está claro qué llevó a los primeros humanos a expandirse y migrar a regiones desconocidas. Los investigadores pensaban que las migraciones humanas estaban determinadas por alteraciones importantes en el clima como resultado de cambios en la órbita de nuestro planeta.
Sin embargo, es posible que se hayan expandido a través de los continentes debido a otras razones, como impulsores culturales, la estructura de sus sociedades, interacciones entre diferentes grupos o una combinación de todas ellas.
Conocer las condiciones ambientales a las que se enfrentaron los primeros humanos ayuda a los investigadores a comprender las innovaciones tecnológicas que el Homo sapiens creó y utilizó en puntos específicos del tiempo y el espacio, incluidas las embarcaciones, las herramientas y la ropa, lo que nos permite entender cómo el clima influyó en la evolución de nuestros antepasados.